Del lat. progressus.
1. m. Acción de ir hacia delante.
2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.
La vida es evolución por eso cambia todo continuamente. ¿Rompemos demasiado? ¿desechamos demasiado? ¿solo miramos hacia delante? ¿siempre se adapta el progreso a nosotros mismos?
" Seguramente Paco, el herrero, levantaría la cómoda de su habitación con un solo de sus imponentes brazos y sin resentirse. Y de su tórax, ¿qué?. Con frecuencia el herrero trabajaba en camiseta y su pecho hercúleo subía y bajaba, al respirar, como si fuera un elefante herido. Esto era un hombre.
Y no Ramón, el hijo del boticario, emperejilado y tieso y pálido como una muchacha mórbida y presumida. Si esto era el progreso, él, decididamente no quería progresar. Por su parte, se conformaba con tener una pareja de vacas, una pequeña quesería y el insignificante huerto de la trasera de su casa. No pedía más. Los días laborables fabricaría quesos, como su padre y los domingos se entretendría con la escopeta, o se iría al río a pescar truchas o a echar una partida al corro de bolos"
El camino. Miguel Delibes
Pencas acompañadas |
PENCAS ACOMPAÑADAS
1 manojo de pencas de acelga
100 gr. de gambas crudas y peladas
1 puerro
1 bote de espárragos verdes
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 cucharada de harina
Cocer las pencas de acelga, retirar, dejar escurrir y trocear en cuadrados. Reservar.
Abrir el bote de espárragos retirar el agua, dejar escurrir y reservar.
En una cazuela de barro o paellera (que se pueda llevar a la mesa), poner un fondo de aceite, pochar la cebolla y los ajos picados, añadir el puerro cortado en aros y las gambas.
Rehogar todo unos minutos e incorporar poco a poco la cucharada de harina, revolver con cuchara de madera 5 o 10 minutos para que se cueza la harina.
Incorporar las pencas, revolver para que se mezclen los sabores con cuidado de no romper demasiado las pencas y finalmente disponer en forma radial los espárragos, dejar unos minutos dando un ligero vaivén y servir.